EL FACTOR “a”: Clave del éxito en la progresión profesional

Enviado por editor, el 06/08/2014 - 02:00
EL FACTOR  “a”: Clave del éxito en la progresión profesional

 

por José M. Díez de la Lastra, Director del Máster de Dirección Comercial y Marketing de ENAE Business School

 

Un 25% de los españoles están disponibles para realizar un trabajo y no lo tienen, según las listas de paro. Muchas de esas personas pueden trabajar en diversas actividades, pero no coinciden con la demanda laboral que ofrece puestos con ciertas especializaciones concretas.

 

En los menores de 25 años este porcentaje asciende al 54%. Bastantes de estos jóvenes están formándose con la intención de encontrar un trabajo que les motive y recompense su esfuerzo.

 

Hay personas que envían su hoja de vida profesional a empresas, visitan instituciones, acuden a foros de empleo. Algunas consiguen un puesto de trabajo y deben aprender cada día a ejercer la actividad encomendada. Otras deciden dedicarse a una actividad profesional, abrir un negocio en comercio, en hostelería o conseguir mercado en la Red para una idea que les ayudará a obtener recursos económicos.

 

¿Qué diferencia a los que tienen éxito? La oportunidad.

 

Encontrar esa oportunidad puede ser consecuencia de estar en el momento adecuado frente a una situación concreta

 

¿Cómo aprovechar la oportunidad? Sabiendo elegir los factores que determinan el resultado en esa situación.

 

La capacidad de elección es una característica de todos los humanos, pero también de los animales, inclusive de las plantas, cuando buscan el sol en un espacio.

 

Elegir significa asumir un riesgo y para reducirlo es necesario evaluar las opciones. Aquí es donde cada persona demuestra su capacidad. Esta capacidad se apoya en un intelecto con determinadas propiedades y se ha ido conformando desde su niñez con un aprendizaje natural. Muchos han añadido conocimientos desde una formación de base que abarca diversos ámbitos. Y algunos han tenido la suerte de aumentar ese volumen de información a través del estudio e, inclusive, han podido verificar la aplicación de esos conocimientos. Pero la sociedad demanda personas que pueden elegir en situaciones difíciles.

 

¿Cómo garantizar que podemos elegir con éxito en cada situación profesional?

 

El ejercicio de una actividad permite obtener una experiencia que ayuda a elegir la mejor opción. Pero esa experiencia requiere un tiempo suficiente para asegurar la elección, lo que significa un gran esfuerzo.

 

Alguien de acuerdo con Mahatma Gandhi pensará: “Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”. Pero en la sociedad todas las actividades buscan un resultado y el esfuerzo para conseguirlo es un coste importante. Conseguir el resultado deseado de forma eficiente, es decir, con un coste adecuado, es el objetivo. Y, para ello, es necesario disponer de conocimientos que estén avalados por la experiencia y, además, es vital conseguirlos en el menor tiempo posible.

 

Cuando la experiencia es larga, la aplicación de determinados factores en una actividad termina convirtiéndose en una teoría que demuestra cual es el efecto, según la forma en que se han aplicado.

 

¿Cómo obtener experiencias anteriores en un plazo corto, demostrando su aplicación?

 

La física nos da la respuesta. 

 

Como hemos comentado, cada uno de nosotros disponemos de un intelecto en un cuerpo, es decir, de una “masa” que hemos ido modelando, pero el resultado que obtenemos al utilizar esa masa para desarrollar una actividad depende de la fuerza que se aplica sobre la masa y esta fuerza es consecuencia del esfuerzo.

 

En la mecánica newtoniana, para un cuerpo con masa constante, la aceleración del cuerpo es proporcional a la fuerza que actúa sobre él mismo. Luego el esfuerzo está condicionado por el factor a de la fórmula de Newton, la aceleración.

 

Podemos obtener una fuerza mayor para obtener mejores resultados en nuestra actividad profesional aplicando el factor a (aceleración) a nuestro esfuerzo.

 

“La experiencia es la historia de los propios errores, y lo mejor es comprarla de segunda mano”. Y algunas personas han sabido concretar esas experiencias.

 

Mediante el estudio de las experiencias anteriores una persona puede obtener esa base de conocimientos que, en su Estructura Mental Profesional, le facilitará crecer exponencialmente, evaluando la información disponible para elegir la mejor opción.

 

La formación a través de uno de nuestros master asegura la recepción de experiencias que ayudan a acelerar el proceso de adaptación a una nueva actividad y asegurar un resultado positivo del esfuerzo.