Mujeres que nos traen la paz

Enviado por ENAE, el 10/10/2011 - 02:00
Mujeres que nos traen la paz

por Antonio Ángel Pérez Ballester, profesor del Máster en Dirección de Personal y Recursos HumanosMBA de Dirección de Empresas y Curso de Experto en Logística de ENAE Business School, y socio-director de INFLUYE, Desarrollo&Coaching

 

Tawakkul tiene aspecto frágil; unos ojos grandes y expresivos y una sonrisa tímida y abierta. Transmite ternura. Vive en Yemen y ha recibido la noticia en su tienda, junto a otros acampados en la plaza Del Cambio de Saná, en su lucha permanente contra la dictadura del presidente Alí Abdalá Saleh.

“Estoy enormemente feliz”, confiesa emocionada, y a continuación se ha apresurado a dedicar el premio a todos los jóvenes que han propiciado las revoluciones en Libia, Túnez, Egipto y Siria (la gran silenciada), y a todas las mujeres. Tiene 32 años y 3 hijos, y comenzó su actividad como informadora luchando por la libertad de expresión, fundando con otras mujeres hace ya 6 años: Mujeres Periodistas sin Cadenas. Sorprende que pueda contarlo; estremece pensar lo que habrá aguantado esta mujer en su camino por la libertad.

Ellen Johnson-Sirleaf, tiene 72 años, envuelve siempre su cabeza con turbantes coloristas y llamativos; tiene aspecto de abuela confortable y cordial, con su nariz prominente y sus gafas de miope, pero si te fijas, su mirada es directa, abierta y un poco desafiante. Es todo un símbolo para la mujer en África, pues se convirtió en 2006 en la primera presidenta de un país. Heredó una Liberia destrozada por una cruel guerra (en este continente sufriente son especialmente crueles), desmovilizando a 20.00 guerrilleros que pasaron de niños a soldados y no conocieron ni educación, ni amor ni respeto. Para Sirleaf, la lucha contra la corrupción es su primer objetivo y en ello continúa, mientras los liberianos recuperar lentamente su autoestima y dignidad. Mamá África, se presenta de nuevo a la reelección.

Leymah Gbowee tiene 39 años, oronda y fuerte, con un cutis saludable de joven de 20 años. También cubre su cabeza con turbantes pero menos espectaculares que los de su presidenta. Leymah, trabajadora social y madre entonces de 3 hijos (hoy tiene 6) soñó que en su iglesia cristiana se reunían muchas mujeres para conseguir la paz en su país; se despertó y junto a otra mujer musulmana (Asatu), crearon el Movimiento de Mujeres por la Paz en Liberia, mientras los hombres se mataban entre sí. Al principio eran unas decenas, luego fueron miles que se movilizaron para parar la segunda guerra civil de Liberia en 2003, en la que murieron mas de 200.000 personas.

En junio de ese año, las activistas hicieron un cordón humano alrededor del edificio donde negociaban las partes del conflicto y no se movieron hasta que se le puso punto final a la guerra. Como resultado de su manifestación se produjo el exilio del tenebroso Charles Taylor (juzgado después en La Haya por sus crímenes de guerra) y la elección de Jhonson Sirleaf como presidenta de Liberia.

Mujeres frágiles y fuertes, en circunstancias no adversas, sino heróicas. Perseguidas y denostadas en sistemas totalitarios y crueles, donde ser mujer y vivir con cierta dignidad ya es un mérito. Con sus sonrisas, sus turbantes, sus desafíos, su amor y su enorme valor, nos demuestran que merece siempre la pena perseguir la utopía y marchar contra corriente, porque el ejemplo arrastra y los buenos somos muchos más que los malos. Este siglo tiene que ser de ellas, y seremos estúpidos si no lo vemos.

 

  • El 70% de los 1.200 millones de pobres en el mundo son mujeres (ellas “comen” cuando lo han hecho marido e hijos).
  • Solo el 6% de los presupuestos de reconstrucción de zonas devastadas, tiene en cuenta las necesidades específicas de mujeres y niñas.
  • En los procesos de paz, solo el 10% de los negociadores son mujeres, cuando ellas son las que poseen las mejores cualidades para ello.
  • Sólo el 12% de los puestos en consejos de administración de la UE, están ocupados por mujeres.