Diez fórmulas de financiar una nueva empresa

Enviado por ENAE, el 16/03/2021 - 12:07

 

¿Cómo puedo obtener inversión para mi negocio?

Entorno económico de la Región de Murcia.

En momentos de crisis mantener el empleo es el primer objetivo. Cuando el empleo se ha perdido irremediablemente, el autoempleo se convierte en una de las principales alternativas. Como trabajador autónomo o al frente de una empresa, las crisis también presentan oportunidades de crecimiento.

El desarrollo personal es una de las razones para crear un negocio propio, iniciarlo y verlo crecer; otra es detectar una oportunidad de éxito en algún negocio innovador, o aprovechar sencillamente la menor competencia en algún sector e introducirnos en él explorando las posibilidades de un planteamiento novedoso.

Las razones para crear una nueva empresa son tantas como tantas nuevas empresas se constituyen cada año. En este sentido y a pesar de que se temía un mayor descenso, el año de la pandemia no le pasó especial factura a la creación de empresas. En 2020 se constituyeron en España 79.151 nuevas sociedades, un 16% menos que un año antes. En la Región de Murcia, con 2.263 empresas de nueva creación, el descenso fue de un 7%. Es cierto que fueron menos sociedades que en 2019, pero con mayor dotación de capital: 63.000 euros de media en las empresas murcianas frente a los 42.000 euros de capital medio suscrito por cada una de las creadas en 2019.

Como dato significativo, el balance de las sociedades aún presenta rasgos positivos. Atendiendo al año 2020, en España se disolvieron 20.259 sociedades (se crearon 79.151), y en la Región de Murcia la disolución alcanzó las 204 (se crearon 2.263).

Al igual que se ha indicado en el número de sociedades, en el número de trabajadores autónomos afiliados a la Seguridad Social tampoco hubo variaciones significativas, en torno a los 3,2 millones en el conjunto del país, de los que 100.000 corresponden a la Región de Murcia.

Conociendo el motivo por el que cada uno puede querer constituir una empresa y habiendo definido de qué negocio se trata, el principal obstáculo es la financiación.

Problemas financieros

En este post le presentaremos hasta diez fórmulas distintas de obtener ese primer capital con el que arrancar nuestro proyecto.

Factores clave para invertir en mi empresa

1. El capital propio

Esta fórmula es conocida en inglés por el término bootstrapping, que en realidad significaría iniciar el proyecto con pocos recursos. Claro, que depende de los recursos de cada cual. La fórmula recuerda a los emprendedores que comenzaron sus empresas con poco más que un teléfono en el garaje familiar. Superada esa imagen nostálgica, el capital propio para invertirlo en la empresa puede proceder del ahorro, de la capitalización de las prestaciones por desempleo o de la indemnización percibida tras un despido o un cierre de la empresa en la que trabajaba por cuenta ajena.

Como aspecto positivo de este tipo de financiación cabe destacar que incentiva la cultura del ahorro, incrementa la creatividad y evitar la dependencia financiera de terceros actores.

En el lado opuesto, la falta de recursos puede limitar la capacidad de crecimiento e impide en ocasiones acceder a operaciones comerciales para las que es necesario capacidad de endeudamiento o margen financiero.

2. La ayuda de familia y amigos

Es conocida como la opción Friends, Family and Fools, lo que literalmente se traduce por ‘Amigos, Familia y tontos (locos)’. Entiéndase ‘tonto’ como el ‘loco’ que se aventura a invertir en un proyecto.

Se trata de los préstamos que realizan al emprendedor sus círculos más cercanos y se basan en la confianza en la persona o en el proyecto, desconozcan o no su viabilidad.

Sus ventajas son evidentes. En la mayoría de los casos no hay plazos de devolución ni intereses, la vinculación con el emprendedor facilita que crean en el negocio y no es habitual que los inversores traten de influir en las decisiones de empresa.

Sin embargo, también tiene sus inconvenientes: las cantidades aportadas no suelen ser abundantes, retrasar el pago de una devolución o la quiebra del negocio puede generar conflictos familiares o que alguno de los ‘inversores’ como ‘accionista’ reclame participar en la marcha del negocio y sea el origen de los primeros conflictos.

3. El crédito bancario

Tras los recursos propios y la ayuda de la familia, el crédito bancario es la fuente de financiación más comúnmente buscada; pero ni es fácil obtenerla ni será nunca suficiente. Rara vez la banca u otro tipo de entidades financieras que trabajen productos como el leasing o el renting para la adquisición de activos van a creer solo en nuestra palabra y confiar en un proyecto por muy maravilloso que sea si no va acompañado de un plan de empresa (business plan) y/o de garantías y avales personales.

La principal misión de la banca es la financiación de familias y empresas para sostener la economía y ayudar a desarrollar negocios, pero no debemos olvidar que su objetivo, como el de cualquier otra empresa, es obtener rentabilidad. O sea, ganar dinero con los préstamos.

El emprendedor debe asegurarse de que podrá devolver el préstamo y pagar los intereses por lo que le requerirán garantías ya sean personales o sobre la garantía del bien. Si éste no cubriera lo prestado o no se dispone de bienes tangibles, es habitual recurrir a avalistas.

En cualquier caso, antes de ir a un banco a solicitar un crédito para iniciar un proyecto de negocio es prácticamente indispensable contar con el plan de empresa para valorar su viabilidad técnica, económica y financiera.

Crédito bancario

 

4. Business Angels

Los ‘ángeles de los negocios podrían ser considerados mecenas con la diferencia de que, además de aportar su dinero, aportan experiencia y contactos. Los business angels son particulares, no empresas, deseosas de participar en empresas en desarrollo o expansión y su principal característica es que se implican directamente en el negocio poniendo sus conocimientos a disposición del emprendedor.

El perfil de estos ‘ángeles’ no es único. Suelen ser empresarios o directivos de compañías, ahorradores que quieren invertir u otros emprendedores de éxito.

Las ventajas para el emprendedor no son únicamente financieras, si no que recibe en el principio de su proyecto empresarial confianza para el resto del mercado y credibilidad al llegar avalado de un business angels, normalmente ya conocido en el sector

5. Fondo de capital riesgo

Similar al business angels, pero los fondos de capital riesgo son colectivos. Es decir, no los constituye un solo particular si no colectivos financieros, empresariales, públicos… Estos colectivos aportan capital tanto en las primeras fases de la empresa (semilla), como en su posterior desarrollo y expansión. Su objetivo es obtener beneficios, aunque para ello asuman ‘riesgos’. Este tipo de inversión no sería aconsejable para un inversor conservador. En cambio, para un emprendedor del tipo tecnológico puede ser la solución a su principal problema de liquidez.

Las startup centran buena parte de su línea de negocio al ser empresas que disponen de nuevas tecnologías o novedosos modelos de negocio, lo que le permitiría un crecimiento rápido y exitoso o, por el contrario, su pronto hundimiento, un riesgo que a este tipo de inversores les gusta asumir.

6. Aceleradoras de startup

Estar presente en una aceleradora de startup no significa directamente obtener financiación, pero sí recibir un impulso muchas veces definitivo para conseguirla.

Las aceleradoras forman parte de entidades o empresas que acompañan a los emprendedores mediante programas de formación y mentorización. Les prestan conocimientos y en ocasiones apoyos tecnológicos para que desarrollen su idea de negocio. Posteriormente, y esto es lo más interesante, los proyectos son presentados a posibles inversores.

Normalmente en las aceleradoras se trabaja en común, varias startup pueden compartir espacios con otras ideas de negocio y los emprendedores podrán recibir respaldo emocional de otros compañeros cuando se enfrenten a dificultades e incluso encontrar soluciones innovadoras en los talleres que organiza.

Grandes empresas consolidadas son socias de estas aceleradoras o cuentan con ellas en el interno de su organización y tras el trabajo del desarrollo del proyecto pueden entrar en el capital de la nueva empresa, constituyendo una joint venture o directamente adquiriendo la nueva empresa.

7. Crowdfunding

Este tipo de micromecenazgo o financiación colectiva se utilizó inicialmente para apoyar proyectos culturales y artísticos, o en campañas para causas solidarias. Sin embargo esta fórmula para recaudar fondos también se emplea para el respaldo en el desarrollo de productos o de microempresas.

Los emprendedores reclaman pequeñas contribuciones que multiplicadas por muchos inversores individuales pueden generar importantes sumas. La solicitud de financiación se realiza a través de las múltiples plataformas existentes. En ellas, el emprendedor deberá exponer un proyecto realista y la necesidad económica, además de explicar cuál será la recompensa para el microinversor (devolución del dinero, dividendo de beneficios o figurar en los títulos de crédito de una película, por ejemplo). También deberá marcarse un plazo para la consecución de los fondos.

Miles de proyectos de tecnología, moda, cine, videojuegos, artesanía o música se han financiado mediante el crowdfunding, una fórmula reciente en España pero con gran tradición en Estados Unidos y el resto de Europa.

 

Crowdfounding

8. El bartering (trueque)

El término se asocia normalmente al marketing y la publicidad. Sin embargo son frecuentes los acuerdos comerciales entre empresas sin que medie dinero por medio ya sea por el intercambio de productos o de servicios.

No se trata de una fórmula de financiación directa, pero sí reduce costes y un ahorro que puede ser empleado en otras inversiones.

9. La subvención pública

Las administraciones no financian proyectos empresariales, o al menos en su totalidad, pero sí existen líneas de crédito o aportaciones a fondo perdido para la adquisición de equipos tecnológicos, ampliación de infraestructuras, nuevas líneas de producción o planes de internacionalización.

Las distintas comunidades autónomas, así como algunas administraciones locales y el ministerio de Industria cuentan con planes de subvenciones y ayudas para financiar proyectos, especialmente tecnológicos y de innovación, al igual que aquellos de ‘economía verde’ basada en el medio ambiente y la sostenibilidad.

10. Los concursos de proyectos empresariales

Incentivar el autoempleo y potenciar la cultura del emprendedurismo son la meta de los concursos de proyectos empresariales.

Los convocantes –tanto instituciones públicas como empresas privadas- buscan las mejores ideas de negocio bien de forma genérica o sobre algún sector concreto: tecnológico, ocio, medio ambiente…

Los premios suelen ser en metálico y aunque en ocasiones su cuantía no alcance para desarrollar completamente el proyecto, al menos son un primer impulso, pues suelen completarse con programas de formación y de mentorización empresarial tanto en España como con becas de estancia en el extranjero.

El emprendedor que tenga en mente presentarse a estos concursos debe saber que el jurado valorará el grado de innovación y la originalidad del producto o servicio, el impacto sobre el entorno, la repercusión sobre la actividad económica y, por supuesto, la viabilidad técnica, comercial, económica y financiera.

 

Inversión en la formación

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