Estas y otras muchas preguntas son comunes entre quienes demandan una formación superior en forma de título o máster. Y ahí surge la duda:
En principio ambas opciones son válidas, pero se inclinará por una u otra en función de los objetivos del alumno. Cuando la meta es exclusivamente obtener un título universitario para realizar un doctorado y dedicarse a la docencia o a la investigación, el alumno suele decantarse por estudios superiores en la universidad. Hecho que no ocurre cuando la intención es conocer técnicas de vanguardia y eminentemente prácticas para la progresión en el ámbito profesional.
En cualquier caso, es preciso subrayar que si bien ambas titulaciones acreditan el nivel de formación, la enseñanza recibida en la escuela de negocios será reconocida como título propio y, al mismo tiempo, por la universidad a la que está vinculada, especialmente cuando se cursa un título máster oficial como en el caso del Máster en Logística y Dirección de Operaciones, el Máster in International Trade o el Máster en Gestión de Riesgos de las organizaciones, todos ellos con doble título ENAE (propio) y la Universidad de Murcia (oficial), así como el Máster oficial en Dirección de Agronegocios con titulación ENAE y la Universidad Politécnica de Cartagena; en estos casos, la decisión a tomar ya resulta más clara.
Aunque son importantes las razones expuestas para decantarse por ampliar la formación en una escuela de negocios, no son estas las únicas. Conviene recordar que la mayoría de los compañeros con los que se encontrará en ENAE proceden, como usted, de la empresa, por lo que ampliará su círculo de contactos dentro de su sector y podrá, mediante el networking, formalizar alianzas de negocio, abrir nuevas posibilidades, localizar inversores o recibir una oferta laboral si es lo que pretende.
También se ha mencionado, pero se hace preciso acentuar las cualidades de los docentes. Es frecuente que el cuerpo de educadores lo configuren profesores en activo en la empresa, por lo que sus enseñanzas irán acompañadas de casos prácticos de experiencias personales o próximas que nos facilitarán otras habilidades y una perspectiva mucho más amplia que la meramente establecida en el programa de formación. Sin olvidar que, como expertos profesionales, ello redundará en ampliar nuestro círculo de contactos.
La escuela de negocio crea, asimismo, una estrecha vinculación entre sus alumnos que se mantiene en el tiempo mediante actividades de todo tipo a través de las asociaciones de antiguos alumnos y que en el caso de ENAE Business School, su asociación ENAE Alumni ofrece importantes descuentos en programas formativos para sus miembros, actividades de networking y formación continua, actividades de ocio y beneficios económicos en empresas con las que ha formalizado convenios.
Cuando la disposición de tiempo para la formación no es abundante, la escuela de negocios nos brinda la oportunidad de cursos de menor duración que la universidad tradicional, al tiempo que las modalidades de cursos y máster online nos permite adecuar el programa formativo a nuestra disponibilidad y ritmo de aprendizaje.
Por último, y no es baladí, está la cuestión económica. El coste en la escuela de negocios suele ser mayor al de la universidad, aunque en este caso, la inversión tiene un mayor retorno a corto y medio plazo, ofreciendo además la posibilidad de financiación más flexibles a través de interesantes acuerdos con entidades financieras, o la percepción de becas gestionadas por la propia escuela.
Con estos antecedentes, probablemente el lector ya lo tenga claro, aunque vamos a enumerar los principales aspectos a tener en cuenta.
Porque ambas vías son válidas, pero responden a objetivos distintos. Si tu meta es obtener una base teórica sólida, investigar y, a medio plazo, optar a un doctorado y a la docencia universitaria, la vía universitaria es coherente. Si, en cambio, buscas metodologías prácticas, casos reales, proyectos con empresas, mentores del mundo directivo y una inserción laboral más rápida, el enfoque de una Escuela de Negocios encaja mejor.
Escuela de Negocios: profesorado directivo y consultores en activo, que traen “la calle” al aula. Alumnado con experiencia (mixto: perfiles junior y profesionales en desarrollo), lo que eleva el nivel del networking y el aprendizaje entre pares.
Universidad: profesorado con trayectoria investigadora y publicaciones científicas; el alumnado suele ser más homogéneo y con menor experiencia profesional.
Las mejores Escuelas de Negocios no solo compiten en aula: también figuran en rankings internacionales que miden resultados como empleabilidad, diversidad, liderazgo intelectual (“thought leadership”) y retorno de la inversión. ENAE Business School, por ejemplo, aparece en los QS Rankings con varios indicadores relevantes:
El International MBA figura en el rango 201–250 global y destaca por la diversidad del alumnado y su capacidad para generar liderazgo de pensamiento (thought leadership).
ENAE está posicionada #27 a nivel global en el QS International Trade Rankings 2025, un ranking específico para programas de comercio internacional.
En Executive Education, Global Executive MBA aparece en el ranking global 181–190 y top-10 nacional según QS, reforzando la propuesta para directivos.
Cursar un máster en una Escuela de Negocios te conecta con compañeros que trabajan en tu mismo sector, proveedores, potenciales socios e incluso inversores. El alumni se convierte en un activo profesional: te abre puertas, comparte oportunidades y multiplica tu visibilidad.
El enfoque está orientado a resolver problemas reales: desde diseñar un plan de internacionalización hasta desplegar un cuadro de mando con métricas de negocio, o implementar una automatización en marketing y ventas. Al terminar el programa, no solo “sabes”: ya lo has hecho.
Las Escuelas de Negocios ofrecen modalidades presenciales, semipresenciales u online, con calendarios compatibles con la jornada laboral. Aunque la inversión suele ser superior a la de una matrícula universitaria, el retorno se materializa en mejoras salariales, promociones, cambios de rol y nuevas oportunidades, además de acuerdos de financiación y becas específicas.